viernes, 29 de julio de 2011

La Guardia Civil admitió ignorar la seguridad de sus cuarteles





David Fernández
20 Minutos.es
29.07.2011

* Tras el atentado de 2009 en Palma, que dejó dos agentes muertos, la institución reconoció en un escrito no saber qué instalaciones tenían cámaras.

* El 70% de los cuarteles no pueden garantizar un servicio de 24 horas.

El 30 de julio de 2009 (mañana harán dos años), a las 13.50 horas, una bomba lapa adosada a los bajos de un Nissan Patrol de la Guardia Civil acababa con la vida de sus dos ocupantes: los agentes Carlos Sáenz de Tejada (28 años -izqda-) y Diego Salva Lezaún (27 años -dcha-). El atentado se produjo junto al cuartel de "la Benemérita", en Palmanova, en el municipio mallorquín de Calviá.


ETA pudo colocar la bomba porque el vehículo siempre "dormía" en la calle y el cuartel no disponía de cámaras de vigilancia. Un día después del atentado, varias comandancias pidieron por escrito a la sección de Logística del Estado Mayor de la Guardia Civil que se instalaran circuitos cerrados de televisión en muchos de los acuartelamientos que carecían de ellos.

Según la documentación a la que ha tenido acceso 20 minutos, el 3 de agosto el Estado Mayor respondió "que por el momento no es posible acceder a lo peticionado debido a las restricciones presupuestarias".

El miedo había hecho mella en las comandancias, que eran conscientes de los vulnerables que eran muchos cuarteles y de la facilidad que habían tenido los terroristas para atentar en Palma. Días después, el 12 de agosto de 2009, el Estado Mayor reconocía en un escrito que no estaba al tanto de las medidas de seguridad de sus cuarteles.

Por ello, pedía a todas las comandancias que remitieran antes del 12 de septiembre una relación de los acuartelamientos que disponían de cámaras de seguridad "con la finalidad de disponer de una base de datos fiable y actualizada". También pedía la relación de cuarteles que tenían "calabozos y otras medidas de seguridad".

* Más de 3.000 cuarteles

Es decir, en agosto de 2009, un mes después del atentado de Palma y tras 40 años de lucha antiterrorista, la cúpula de la Benemérita reconocía desconocer las medidas de seguridad de sus instalaciones y sus necesidades entonces.
Este diario ha podido saber que en la actualidad sólo 1.007 cuarteles tienen circuitos cerrados de TV, claves para vigilar el perímetro de los acuartelamientos. El resto, más de 2.000, no los tienen (hay 3.140 acuartelamientos).

"Y en el 8% de los que sí lo tienen, el sistema presenta anomalías o está defectuoso", señalan fuentes solventes. Más datos preocupantes. Además, sólo el 37% de los cuarteles tienen un área de seguridad perimetral. Es decir, que el resto no cuenta con la adecuada señalización para prohibir el estacionamiento de vehículos ajenos en su perímetro. No hay que olvidar que un día antes del atentado de Palma, ETA colocó una potente furgoneta bomba en la casa cuartel de Burgos. Hubo cerca de 70 heridos. (1)

* Sin poder abrir 24 horas

El 70% de los cuarteles no pueden garantizar un servicio de 24 horas debido a su reducida plantilla. La orden de la Dirección General (Ministerio del Interior) es que permanezcan siempre abiertos los que tengan un depósito de armas o sean puesto principal. Para el resto se fija un servicio de al menos cinco días a la semana en un turno.

http://www.20minutos.es/noticia/1122484/0/guardia-civil/seguridad/cuarteles/
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(1) Nota de Termidorianos:

Esa noche dormían en la casa-cuartel de Burgos 120 personas, de las que 41 eran niños. Se calcula que la carga explosiva de la furgoneta-bomba colocada en el mismísimo aparcamiento de vehículos de la Guardia Civil era de 500 kilos. De 12 plantas resultaron semidestruidas 8, más varias viviendas de edificios particulares cercanos. La furgoneta fue aparcada a unos 30 metros del cuartel; de haber estado a un par de metros, el edificio se hubiera desplomado provocando una carnicería. Tras el atentado de Palma, la cifra de guardias civiles asesinados por ETA subió a 256.





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También queremos recordar el atentado de ETA a la casa-cuartel de la Guardia Civil en Vic, Barcelona (29.05.1991) con un saldo de 10 muertos (4 niños más un adolescente de 17 años) y 44 heridos.

La crónica de aquel atentado evidenció un grado de chapuza, indiferencia e irresponsabilidad por parte del Estado Mayor de la G. C. y del Ministerio del Interior respecto a la seguridad de sus cuarteles, efectivos y familiares, que podría configurar el gravísimo delito de homicidio involuntario (2).
Las inconcebibles facilidades suicidas dadas a los terroristas para introducir su coche-bomba dentro del cuartel, oscilaron entre el esperpento y el surrealismo.

(2) Homicidio involuntario, también llamado homicidio culposo o negligente: cuando se conoce el posible resultado de muerte y sin embargo se cree poder evitarlo, pero falla y ésta se produce. También se presenta cuando definitivamente se ignora dicho resultado, pero de igual forma se mata. La punibilidad en este caso surge amparada por el deber que toda persona tiene de abstenerse de causar daño a otra, y las acciones carentes de intención y omisiones que conlleven a la muerte serán susceptibles de juzgarse conforme a las leyes penales.


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Resúmen de prensa sobre el atentado de Vic:

Sobre las siete de la tarde, aprovechando que las puertas del patio interior estaban abiertas, dirigieron el coche-bomba hacia el interior del cuartel, deslizándolo por la rampa de entrada del mismo. Cuando el vehículo se encontraba en el centro del patio, el etarra Joan Carles Monteagudo Povo detonó el explosivo por control remoto, provocando la explosión. Posteriormente, emprendieron la huida en el otro vehículo, que cambiaron por una furgoneta Citroën C15 para no levantar sospechas y poder trasladarse a su refugio.






El artefacto estaba compuesto por 12 bombonas de butano rellenas con 18 kg de amonal cada una, un total de 216 kg. En el momento de la explosión, la mayor parte de los guardias se encontraban dando cobertura a una competición deportiva, por lo que en el cuartel había sobre todo mujeres y niños, muchos de éstos jugando en el patio del mismo. Como consecuencia de la deflagración, las tres plantas del edificio se derrumbaron, quedando sólo en pie la fachada. Además, la onda expansiva rompió cristales en pisos situados a más de 500 m, y afectó a unos 50 inmuebles en el Paseo de la Generalitat en que se encontraba el cuartel.

Entre las víctimas de la explosión se encontraban guardias civiles y familiares que residían en el interior de la casa-cuartel. La lista oficial de fallecidos es la siguiente:

Juan Salas Píriz, guardia civil de 48 años de edad.
Maudilia Duque Durán, de 78 y suegra del anterior.
Juan Chincoa Alés, guardia civil de 30 años.
Nuria Ribó Parera, de 21 y esposa del anterior.
Rosa María Rosas Muñoz, de 14 años.
Francisco Cipriano Díaz Sánchez, de 17 años.
Vanesa Ruiz Lara, de 11 años.
Ana Cristina Porras López, de 10 años.
María Pilar Quesada Araque de 8 años de edad.
También se produjo otro fallecimiento que no fue causado directamente por la explosión:

Ramón Mayo García, guardia civil en la reserva que se encontraba prestando ayuda a los heridos cuando fue atropellado mortalmente por una ambulancia, es considerado la décima víctima de la matanza. Al día siguiente los tres terroristas fueron localizados por la Guardia Civil en una casa en Llisa de Munt. Juan José Zubieta Zubeldía se rindió. Joan Carles Monteagudo y Juan Félix Erezuma Uriarte se resistieron disparando hasta caer muertos.






http://es.wikipedia.org/wiki/Atentado_contra_la_casa-cuartel_de_Vic

jueves, 28 de julio de 2011

Gendamería Nacional Argentina



Termidorianos se adhiere a los festejos del Día de la Gendarmería Nacional Argentina rindiendo homenaje a sus caidos en acto de servicio a lo largo de sus más de setenta años de existencia, en particular a sus once efectivos asesinados y/o muertos en combate durante la guerra revolucionaria desatada por las izquierdas entre 1969 y 1979.

Comandantes Principales
Reese, Julio Manuel Augusto
Agarotti, Pedro Abel (R)

Alférez
Páez Torres, Luís

Sargentos 1º
Rivero, Juan Carlos
Yañez, Pedro F.

Gendarmes
Gómez, Evaristo Francisco
Godoy, Marcelo
Luna, Juan Argentino
Cuello, Raúl
Salliago, Juan Carlos
Rivero, Juan Esteban


Fundada el 28 de julio de 1938 como una fuerza de seguridad del Ejército Argentino, actualmente está subordinada al Ministerio de Seguridad como policía de seguridad y judicial; ocupándose, asimismo, de controlar las fronteras y carreteras nacionales, custodiar instalaciones estratégicas y las embajadas argentinas en el exterior. Durante la década del '60 desarticuló cuatro focos guerrilleros marxistas de los que nos ocuparemos más abajo, y en la guerra de las Malvinas (1982), su escuadrón de comandos "Alacrán" sufrió siete bajas mortales.


Graduación de cadetes en la Escuela de Oficiales

25.05.2010. Bicentenario de la República Argentina. Cadetes de la Escuela de Oficiales desfilando en la ciudad de Buenos Aires

Escuela de Suboficiales


Focos guerrilleros rurales abiertos en Argentina en la década del sesenta.

1959: Unión de Guerrilleros Andinos, en Mendoza.

1959-60: Uturuncos-ELN, en Tucumán y Santiago del Estero.

1963-64: Ejército Guerrillero del Pueblo, en Salta.

1968: Fuerzas Armadas Peronistas, en Tucumán.

Tres de estos 'ejércitos' y 'fuerzas armadas' que no superaban los 20 hombres cada una, fueron rápidamente desarticulados por la Gendarmería Nacional.

Distinto fue el caso del EGP (ejército guerrillero del pueblo), un foco organizado por el general Abelardo Colomé Ibarra (Director de la Inteligencia Militar cubana) bajo el mando del 'Che' Guevara, aunque estaba previsto que éste se incorporaría más tarde. En la llamada
Operación Penélope, participaron en Salta tres cubanos, uno de los cuales era el oficial del Ejército (Fuerzas Armadas Revolucionarias), Horacio Peña Torre, alias 'capitán Hermes), que había sido jefe de la custodia del 'Che'. En esa primera fase estaba al mando de los 15 guerrilleros el periodista argentino Jorge Masetti, que hasta entonces residía en La Habana y se había entrenado y combatido en la guerra de Argelia.

El EGP contó con una red de apoyo integrada por ex militantes del Partido Comunista Argentino, como Jose Luis Mangieri o Juan Carlos Portantiero, pero fue desarticulada cuando explotó su arsenal en la ciudad de Buenos Aires provocando la muerte de cinco terroristas y seis vecinos del inmueble. El 18.04.1964, y después de algunas escaramuzas, se produjo en la selva de Orán, Salta, el enfrentamiento definitivo entre el Escuadrón 20º de la VII Agrupación de la Gendarmería Nacional y los guerrilleros, en el cual cayeron muertos el cubano "Hermes" y el gendarme Juan Adolfo Romero. En la década siguiente, las izquierdas terroristas asesinarían en atentados o matarían en combate a un total de 9 gendarmes, 378 policías, 157 militares, 12 efectivos del Servicio Penitenciario, 2 de la Prefectura Naval y 205 civiles.

VII Agrupación de Gendarmería en la provincia de Salta. Ceremonia con banderas de sus escuadrones

En 2005, Fidel Castro pidió al presidente argentino Néstor Kirchner que localizara y autorizara repatriar a Cuba los restos del teniente 1º Peña Torre "Hermes", reconociendo así oficialmente aquella agresión armada del Estado cubano contra la República Argentina. Lejos de repudiar tal desfachatez, el ex montonero Kirchner accedió a la petición. Desde entonces, los restos del criminal invasor "Hermes" descansan en el Memorial de Santa Clara, junto a los del 'Che" y sus cubanos muertos con él en Bolivia. Por si quedaran dudas sobre la implicación del Estado cubano en la aventura salteña, los restos fueron recibidos con honores militares por el mismísimo general Colomé Ibarra, y el primer ministro Fidel Castro envió una corona funebre. Es que, en la retórica oficial del régimen castrista, los militares cubanos que combatieron con el 'Che' en Argentina, El Congo y Bolivia; y en las montañas de Venezuela bajo el mando del comunista Douglas Bravo, no eran invasores sino "revolucionarios internacionalistas".
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El atentado de Montoneros al TC-62
http://termidorianos.blogspot.com.es/2011/01/la-masacre-del-hercules-tc-62.html



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viernes, 22 de julio de 2011

República sin republicanos




Fernando Villanueva

Han pasado 80 años desde la proclamación de la Segunda República. Los que nacieron entonces son ya, si es que han sobrevivido hasta el momento presente, venerables ancianos cuyos primeros recuerdos pertenecen más al primer franquismo que al breve paréntesis republicano. Por lo demás, apenas queda memoria viva de aquellos años cruciales, que partieron nuestra historia contemporánea en dos.

Ochenta años es mucho tiempo. Es, nada menos, la vida de un hombre que ha vivido mucho. En 1931 se celebró el octogésimo aniversario del ferrocarril Madrid-Aranjuez, inaugurado en pleno reinado de Isabel II. Para entonces nadie hablaba de ésta: la Chata pertenecía a una época lejana que nadie recordaba y que en poco o en nada influía sobre el presente.

Y aquí viene lo curioso: 80 años después de su proclamación, la República sigue estando en boca de todos, especialmente de los políticos y la intelectualidad de izquierda, que la reclaman como patrimonio propio: la tienen por un proyecto abortado antes de que pudiese fructificar por culpa de un malvado espadón –Francisco Franco– que cortó de cuajo las esperanzas de la nación entera.

Así de simple es la versión oficial y la que, dicho sea de paso, se inocula por vía intravenosa a los estudiantes de secundaria desde hace, por lo menos, tres décadas. La realidad, sin embargo, es algo más compleja y no tan heroica para las quejumbrosas huestes de la izquierda eterna. La República fracasó por otras causas bien distintas y Franco, en todo caso, lo único que hizo fue echar la firma sobre el certificado de defunción.

Probablemente lo hizo con genuina convicción, y de haber podido hubiera sido él mismo el encargado de rematarla. Pero no, Franco no acabó con la República. Cuando el general apareció en escena, el régimen ya estaba muerto. De la República quedaba un cadáver medio descompuesto que la izquierda paseaba ataviado, eso sí, con estola, túnica y gorrito frigio. Es difícil precisar la causa de la muerte, básicamente porque no se debió sólo a una enfermedad, sino a muchas que fue contrayendo desde el mismo momento de su nacimiento.

La misma concepción fue dolorosa. La Segunda República llegó de rebote, más por incomparecencia del contrario que por iniciativa propia. Aquello de que España se acostó monárquica y se levantó republicana no es cierto del todo. El país se acostó de mala gana monárquico y un pequeño grupo de intelectuales del Ateneo lo despertó a gritos republicanos a la mañana siguiente. En las elecciones municipales de abril de 1931 no ganaron los partidos republicanos, sino los monárquicos, aunque los primeros lo hicieron en las principales ciudades. El rey se sintió desautorizado por las urnas y se marchó casi por el mismo camino por el que había llegado su padre 57 años antes.

A partir de ahí todo fue una cadena de despropósitos, algunos voluntarios y otros accidentales. Los republicanos creyeron –y así se lo transmitieron a la gente– que con cambiar de forma de Estado bastaba, que eso solucionaría todos los problemas que arrastraba el país. Evidentemente, no fue así. A los Gobiernos de la República les tocó lidiar con una formidable depresión económica de alcance mundial. Las esperanzas que muchos depositaron en el nuevo régimen pronto se vieron defraudadas por la realidad y los innecesarios excesos de la casta gobernante.
Así sucedió, por ejemplo, entre 1931 y 1933. El país fue a menos y el Gobierno, creyendo que con la Ley en la mano podía arreglarlo todo, declaró la guerra a la Iglesia y a todo el que se opusiese a la República. Lo primero desató una ola de anticlericalismo –tolerado, cuando no promovido, por el propio Gobierno– que apartó para siempre a media España de la causa republicana. Lo segundo se tradujo en una Constitución revanchista y en una Ley para la Defensa de la República que castigaba severamente a los que osasen disentir con un régimen que presumía de liberal y liberador.


El resultado fue una radicalización progresiva en ambos extremos del espectro político, aunque más acentuada en la izquierda. A partir de 1933 los socialistas, que debieran haber sido uno de los soportes de la legalidad republicana, apostaron por bolchevizarse y apelar a la revolución en mítines, artículos y editoriales de prensa incendiarios. Al año siguiente el PSOE patrocinó un golpe de estado contra el Gobierno centro-derechista que fracasó estrepitosamente, pero que supo utilizar después como arma propagandística.

Las fraudulentas elecciones del 36 dieron la puntilla a todo el invento. La izquierda, ya completamente echada al monte, se apoderó del Congreso por las bravas e impuso su ley en la calle. No es casual que la mecha que encendió el levantamiento militar fuese el asesinato de José Calvo Sotelo, líder de la derechista Renovación Española, por parte del guardaespaldas de Indalecio Prieto, diputado del PSOE y ex ministro de Obras Públicas. Este episodio, ápice de una epidemia de pistolerismo político que azotaba las ciudades españolas, supuso el verdadero punto de no retorno.

La derecha, por su parte, se replegó en sí misma y empezó a acariciar la idea de un cuartelazo redentor que pusiese orden, a imagen y semejanza de los del siglo XIX. El primero, el de Sanjurjo en 1932, fue un fiasco; el segundo, el de los generales capitaneados por Mola en el 36, desembocó en una guerra civil en la que no se dirimía ya la cuestión republicana, sino dos visiones contrapues-tas del mundo que chocaron violentamente.

Pero, por encima de todo lo anterior, lo que acabó con la Segunda República fue la falta de republicanos. Como en Weimar, nadie creía en aquel régimen. La derecha porque seguía siendo monárquica y la izquierda porque pronto devino revolucionaria. Ningún sistema político puede funcionar si sus garantes lo consideran ilegítimo. Quizá llegó demasiado pronto, o demasiado tarde; lo que es seguro es que la España de 1931 no deseaba una República como la que se proclamó aquel 14 de abril. Por eso fracasó.

Libertad Digital - Suplementos
13.04.2011

Para una breve historia de la Segunda República, demolida por el marxista Frente Popular:

La República Suicida

http://termidorianos.blogspot.com/2009/11/la-republica-suicida-version-digital.html

miércoles, 20 de julio de 2011

Confirman en Chile el suicidio de Allende




Tras realizarse la exhumación del cadáver por un pedido judicial, desde el Servicio Médico Legal de Chile confirmaron hoy (19) que el presidente Salvador Allende se suicidó en el palacio presidencial de La Moneda tras combatir contra las fuerzas del general Augusto Pinochet durante el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.

"La conclusión es la que la familia Allende tenía: el presidente Allende, el 11 de septiembre de 1973, ante las circunstancias extremas que vivió, tomó la decisión de quitarse la vida antes de ser humillado o vivir cualquier otra situación", dijo la hija del fallecido mandatario, Isabel Allende.

Familiares de Allende tuvieron acceso al informe pericial que el Servicio Médico Legal (SML) entregó hoy al juez Mario Carroza, quien ordenó la exhumación de los restos del ex presidente Allende el pasado 23 de mayo para determinar la causa de su muerte, hasta ahora nunca confirmada judicialmente.

Según explicó el director del SML, Patricio Bustos, "se verificó la identidad del presidente a través de métodos de odontología forense y de genética", y se determinó que la causa de muerte fue "por herida de proyectil" y "la forma de muerte corresponde a suicidio".

El equipo de expertos forenses reunido especialmente para esta diligencia determinó que el mandatario murió por una ráfaga automática de un fusil AK-47 que derivó en dos balas, uno de las cuales se encontró entre sus restos.

Allende, posando con el fusil AK-47 que le obsequiara Fidel Castro

El disparo se produjo "con un fusil que estaba prácticamente en apoyo con la mandíbula inferior, en el mentón", aseguró Francisco Etxeverría, médico forense español que participó en las pericias a petición de la familia Allende.

"Con todos los elementos del análisis científico estamos en condiciones de poder asegurar que se trata de una muerte violenta de etimología médico legal suicida y para ello no tenemos absolutamente ninguna duda", ratificó Etxeverría.

La senadora Isabel Allende aseguró que la familia recibe la noticia con "una gran tranquilidad", porque "este informe concluye con algo que teníamos la convicción, pero distinto es que sean las pruebas de todos los niveles, y balísticas sobre todo", las que confirmen la causa del deceso de su padre.

Para su hija, la verificación del suicidio de Allende "en nada afecta, al contrario, ratifica la dignidad, el gesto del presidente", quien se convirtió en uno de los mártires del socialismo, y cuya figura ha sido un ejemplo de consecuencia para muchos de sus partidarios.

Felipe Donoso, experto de la Cruz Roja que supervisó el procedimiento forense aseguró que la investigación "quedará como uno de los procesos ejemplares en su calidad no solo científica, pero también por sus protocolos".

Fuente: AFP

Chile, 10.11.1971. Allende recibe al dictador Fidel Castro. En 1966 presidió la Primera Conferencia Tricontinental de la Habana que acordó abrir varios frentes de lucha armada en África, Asia y América Latina para que EE.UU. tuviera que dispersar sus fuerzas concentradas en Vietnam. La conferencia del año siguiente (OLAS: no presidida por Allende) acordó iniciar la guerra revolucionaria en toda América Latina

Buenos Aires, 25 de mayo de 1973. Allende, junto con el presidende de Cuba, Osvaldo Dorticós, asistió a la proclamación de Héctor Cámpora como presidente de la República Argentina. Pocas horas después, Cámpora, candidato peronista apoyado fundamentalmente por la organización terrorista Montoneros, decretó el indulto inmediato de 1.100 terroristas legalmente encarcelados por sentencia firme de la Cámara Federal en lo Penal

lunes, 18 de julio de 2011

18 de Julio de 1936: comienza la mayor batalla anticomunista del siglo XX

Procedente de Tenerife, el general Franco llega a Ceuta para ponerse al frente de la Legión


Pío Moa

Aunque la rebelión contra el Frente Popular empezó el día 17, el 18 quedó como fecha oficial de su comienzo. Según la versión predicada por las izquierdas, se trató de un golpe militar contra un gobierno legítimo y democrático salido de las urnas. En tal caso deberíamos considerar legítimas unas urnas cuyos votos nunca se publicaron oficialmente, y cuyos parciales recuentos transcurrieron, como consigna Azaña, en una situación en la que "Los gobernadores de Portela habían huido casi todos. Nadie mandaba en ninguna parte, y empezaron los motines". Habría que considerar democrático un Frente Popular constituido por quienes habían intentado golpes de estado cuando perdieron las elecciones de 1933 y en octubre de 1934 se habían alzado en armas contra un gobierno, aquel sí, democrático y salido de las urnas recontadas con normalidad. Habría que considerar legítimo un gobierno que ni cumplía ni hacía cumplir la ley, amparaba un sangriento proceso revolucionario abierto y cometía él mismo un rosario de ilegalidades culminadas en el secuestro y asesinato del jefe de la oposición Calvo Sotelo y la brutal represión inmediata contra quienes protestaban.

El 18 de julio fue, realmente, la rebelión de una parte del ejército y del pueblo contra el proceso revolucionario y un gobierno ilegal. Los majaderos le achacan que "tampoco fue democrática", como si fuera posible la democracia en una situación en la que todos los partidos de izquierda, sin práctica excepción, además de los monárquicos, querían acabar con ella. Pues fue la izquierda la que demolió todo lo que tenía de democrática la república e hizo inevitable el dilema de someterse a la tiranía revolucionaria o rebelarse contra ella. La democracia no era posible entonces, ni volvió a serlo durante muchos años. Como vieron Marañón, Besteiro y tantos otros, la única elección posible era entre el franquismo y un caos más o menos revolucionario; o una nueva guerra civil. Entre una dictadura autoritaria y una totalitaria. Y el autoritarismo franquista libró a España de la revolución, de la guerra mundial, de una nueva guerra civil, dejó un país próspero y reconciliado, e inauguró el período de paz más prolongado que ha disfrutado España en dos siglos.

Sólo desde la prosperidad y la reconciliación del franquismo fue posible la democracia actual. Una democracia permanentemente amenazada. Obsérvense esas amenazas: el terrorismo, la corrupción, la anulación de la independencia judicial, el envilecimiento de la población mediante la telebasura, la "inversión de valores" que exalta la miseria moral, los separatismos que pisotean la ley y los derechos ciudadanos, la falsificación de la historia... Todas esas amenazas proceden de quienes se identifican con aquel Frente Popular derrotado por Franco. Y de una seudooposición que escupe a diario sobre las tumbas de quienes libraron a España de la catástrofe. Hoy vivimos un proceso de demolición de todo lo que se avanzó bajo el franquismo y la transición, y debemos reconocer a sus responsables, examinando los hechos bajo su demagogia.


Libertad Digital - Presente y Pasado
18.07.2009 - Reproducido 18.07.2011

Para una breve historia de la Segunda República, demolida por el marxista Frente Popular:

La República Suicida

http://termidorianos.blogspot.com/2009/11/la-republica-suicida-version-digital.html

martes, 12 de julio de 2011

Quiénes hicieron grande a la ETA




Pío Moa

La ETA es seguramente el grupo terrorista más influyente de Europa, capaz de condicionar la política de un país entero y pesar sobre las principales decisiones políticas, incluso sobre la propia elaboración constitucional, pues los artículos referentes a las nacionalidades y al progresivo vaciamiento del poder central provienen, directa o indirectamente, de la acción etarra.

Concretamente, la UCD trató de satisfacer al máximo a los nacionalistas regionales de Vascongadas y Cataluña, a fin de elevarlos como alternativa frente a la ETA y quitar a esta argumentos. Parecía necesario reforzar a aquellos partidos, que salían del franquismo sin fuerza porque nunca le habían hecho oposición real, de igual modo que se creía preciso convertir a un PSOE irrisorio en la gran alternativa al PCE, cuya fuerza se exageraba mucho por falta de perspectiva histórica, como había de verse. Como ni nacionalistas ni socialistas habían hecho más que una oposición de sainete a la dictadura, había que relanzar sus partidos, y a ello se aplicaron poderosas fuerzas nacionales e internacionales, y medios de masas. A los cuales podía hacerse la misma observación de Ortega a Einstein cuando este se dedicaba a crear opinión favorable al Frente Popular:

Usufructúa una ignorancia radical sobre lo que ha pasado en España ahora, hace siglos y siempre.

Aquellos políticos, periodistas e intelectuales trataban a socialistas y nacionalistas de acuerdo con lo que ellos desearían que fuesen y con perfecta ignorancia de la historia y los presupuestos ideológicos de tales formaciones. Incluso llegaron a pensar algunos que los nacionalismos de derecha en Cataluña y Vascongadas harían innecesaria la presencia de una derecha nacional en esas regiones. A la ignorancia se sumaba una ausencia de pensamiento político más allá de tópicos como el de europeizarnos u homologarnos, un antifranquismo descerebrado que justificaba cualquier mentira sobre el pasado y el presente, y maniobras más o menos picarescas que engendraron una democracia de baja calidad y en progresiva degradación, si exceptuamos, parcialmente, el período de Aznar. Quizá esta ignorancia y distorsión del pasado es lo que da a la política española, desde hace mucho tiempo, ese peculiar tinte de vaciedad, vuelo corraleño y corrupción intelectual. Un país solo puede progresar apoyándose ante todo en su experiencia y el conocimiento de sus condiciones, y esto no ocurre.

Veamos este dato significativo: el PSOE emerge del franquismo con un programa casi idéntico al de la ETA: socialismo y autodeterminación, palabra esta última que es solo un eufemismo para la secesión. Puede alegarse que su socialismo era de pandereta, como toda la ideología del PSOE, y es verdad; pero ello no lo hace menos peligroso, como ha demostrado la historia, y en cualquier caso nunca ha sido un partido democrático. Y puede decirse que en realidad no deseaba la secesión de Cataluña o las Vascongadas, y también es verdad, pero ello no le impedía impulsarla con su palabrería. En política, las palabras tienen casi siempre consecuencias, y difícilmente pueden ser buenas las consecuencias de las propuestas frívolas, antidemocráticas e ignaras.

J. L. Rodríguez Zapatero: "Nación es un concepto discutido y discutible". Alentó a los separatistas catalanes a definir Cataluña como Nación en el nuevo Estatuto de Autonomía, y luego consiguió doblegar al Tribunal Constitucional para que lo aprobara. En 2011, ese mismo T.C. (revocando sentencia negativa del Tribunal Supremo) autorizó a ETA a presentarse a las elecciones Autonómicas y Municipales bajo su tapadera "Bildu". (1)



La coincidencia del PSOE con la ETA no es fortuita. Procede de un hecho histórico crucial y casi nunca expuesto por los analistas e historiadores: hasta 1968, la ETA era un grupúsculo más, aislado, cuya propaganda expresaba las más acerbas acusaciones a la sociedad vasca, que no hacía caso a sus chifladuras; pero en el año citado la banda empezó a asesinar deliberadamente, y de pronto cobró importancia extraordinaria. Y no la cobró por el mero hecho de sus atentados, sino porque a partir de entonces, y precisamente por haber asesinado, se volcaron en su favor las fuerzas más poderosas, justificando a los criminales totalitarios como heroicos patriotas vascos, luchadores por la libertad, etc. Fuerzas como los grupos antifranquistas casi en pleno, comunistas y no comunistas, una parte importante del clero vasco y del resto de la Iglesia española en proceso de radicalización, y los gobiernos argelino, castrista y francés, este último muy especialmente. Entre todos hicieron grande a la ETA. Piénsese en las movilizaciones internacionales (gubernamentales, políticas y sindicales), violentas y no violentas, especialmente en 1970 y 1975, a favor de los autores de los asesinatos y con perfecto olvido de las víctimas. Para entenderlo debe recordarse que nada remotamente parecido se movía en Europa por las víctimas del totalitarismo en los países del Este.

En Una historia chocante y en La Transición de cristal he expuesto estos hechos, asombrosos tanto por sí mismos como por la casi nula atención que han recibido. Y reveladores, más aún que el episodio Solzhenitsin, de la inconsistencia ideológica de la oposición a Franco, tanto la interna como la internacional, autopresentadas como democráticas. Las oleadas de simpatía por la banda terrorista no solo popularizaron a la ETA en las Vascongadas y –en menor medida– en toda España, sino que crearon unas afinidades básicas, por no decir complicidades, entre el grupo terrorista y el resto de la oposición, afinidades que pervivirían largo tiempo, manifiestas en la "solución política", revivida hoy como franca colaboración por el actual gobierno.

La ETA, en suma, no se ha hecho a sí misma, sino que la han hecho, como poder influyente, muchas otras fuerzas nacionales e internacionales. Y siempre encontramos en la raíz de evoluciones tan chocantes el antifranquismo, verdadera enfermedad intelectual y política que sirve para justificar cualquier cosa.

(1) Texto de Termidorianos.

Libertad Digital - Suplementos
29.06.2011