sábado, 5 de mayo de 2012

Y dicen que... "no hubo una guerra" (I)


Mario Roberto Santucho con miembros del Comité Ejecutivo del PRT y del Estado Mayor del ERP, Enrique Gorriarán Merlo, Benito Urteaga y Carlos Molina.




Jorge Fernández Zicavo

La sangrienta Guerra Civil Revolucionaria que las izquierdas desataron entre 1969 y 1979 sigue siendo irracionalmente negada por la actual generación de activistas y "progres" lobotomizados por el Relato K; tanto para ocultar los crímenes contra el Estado y la población civil cometidos por sus camaradas terroristas de entonces, como para deslegitimar la lógica represión llevada a cabo por las fuerzas militares y policiales en cumplimiento de lo ordenado por decretos de un Gobierno constitucional que fueron ratificados por todos los partidos políticos con representación parlamentaria y apoyados por millones de argentinos; con la peronista Confederación del Trabajo a la cabeza.

A estos "negacionistas" les da igual que se les recuerde, y demuestre documentalmente, los más de ochocientos civiles, policías y militares que fueron asesinados; los cientos de atentados con explosivos, secuestros y atracos a bancos; los ocho ataques llevados a cabo por fuerzas insurgentes contra unidades del Ejército, la voladura de un avión de la Fuerza Aérea y de una fragata de la Armada; sus fábricas de armas y explosivos, sus dantescas "cárceles del pueblo", sus fuerzas insurgentes con uniformes, reglamentos y tribunales disciplinarios; las operaciones de una guerrilla rural en Tucumán durante un año y medio, y una interminable lista de acciones subversivas que combinaban terrorismo y operaciones militares.

También les resulta indiferente que todo lo anterior haya sido reconocido y divulgado con triunfalismo por la prensa de aquellas organizaciones terroristas; algo que puede verificarse en las hemerotecas de los diarios de la época, o leyendo los libros escritos a posteriori por prestigiosos periodistas e historiadores de izquierda. En suma, todo intento de vencer racionalmente esa patológica negación de lo Real, resulta tarea vana.

Por nuestra parte, continuaremos publicando documentos publicados por las izquierdas terroristas. En este caso, ofrecemos un resumen de los Congresos IV y V del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), por ser los más "institucionales" y programáticos que el partido dedicó a la estrategia de la Guerra Civil Revolucionaria.

IV Congreso del PRT
Febrero 1968

Capítulo 1- El marxismo y la cuestión del poder

La mala asimilación de la experiencia cubana ya nos provocó un desastre en 1961-62. Es que la dirección cubana, al enfrentarse con los problemas que plantea la lucha por el poder y la lucha armada, los resolvió en forma asombrosamente genial, pero no tomó en consideración las más ricas experiencias del marxismo revolucionario y su método de análisis.
Su posterior intento de extender su experiencia a todo el continente, sin formular un análisis concreto de las formas de acción revolucionaria necesarias ante cada situación nacional -combinada con la incapacidad de los partidos marxistas para cubrir ese déficit- originó muchos desastres, de los cuales no se eximieron ni nuestro partido, ni ninguno de nuestros dirigentes.

Capítulo 3- Relaciones entre la revolución mundial, continental y regional

Jamás en la historia de la revolución socialista, se hizo tan necesaria una organización internacional con real influencia en el proceso revolucionario, y una estrategia mundial revolucionaria en la cual los continentes y países fueran aspectos tácticos.
La posibilidad de esa Internacional y de esa estrategia, deben concretarse a partir de las direcciones revolucionarias internacionalistas que existen: la IV Internacional (1), el Castrismo, y algunos sectores de la Tricontinental (2) como Vietnam y otros.

Notas
1- Internacional trotskista con sede en París.
2- Izquierdistas de distintos países que concurrieron a la Conferencia Tricontinental celebrada en La Habana en 1966 bajo la presidencia de Salvador Allende.


Nosotros, en el marco de la IV Internacional, tenemos importantes aportes que realizar, paro para ello debemos definir nuestra propia estrategia ante la etapa que vive la revolución mundial.
Consideramos que nuestro partido debe pronunciarse claramente a favor de la estrategia de la revolución mundial formulada por el castrismo.

Una Estrategia para nuestro continente

Consolidados en varias regiones guerrilleras centroamericanas (Colombia, Guatemala y Venezuela), los cubanos hacen su primer intento serio de iniciar la lucha armada en la región Sur -lucha armada que nosotros, los revolucionarios de la región Sur fuimos incapaces de iniciar- enviando su equipo más selecto de combatientes a Bolivia (3)

3- Diecisiete militares cubanos bajo el mando del Che Guevara en 1966-67.

La estrategia continental del castrismo parte de su grito de guerra antiimperialista pronunciado por Fidel el 1 de enero de 1959, el mismo día que toma el poder en Cuba: "Convertiremos los Andes en la Sierra Maestra del continente americano". La seriedad, abnegación y decisión revolucionarias del castrismo, su determinación de llevar a la práctica su declaración de guerra, fueron comprendidas tardíamente, con mucho esfuerzo, por muchos marxistas latinoamericanos, entre ellos, por nuestro Partido.

Veamos ahora cuál es la situación de la región Sur del continente en relación a la guerra revolucionaria continental y a la estrategia y táctica continental del castrismo.

Dentro de su táctica de "crear dos o tres Vietnam en América", el castrismo inicia la lucha armada en Bolivia; la experiencia fracasa por la falta de partidos revolucionarios preparados organizativa, política y técnicamente para sostener la lucha armada llevada a cabo por el Che.

La región Sur ha sido considerada por el castrismo y debe ser considerada por nosotros, la segunda zona táctica de guerra antiimperialista del continente (la primera es Centroamérica), dentro de la estrategia de Guerra Revolucionaria Prolongada socialista y antiimperialista. Pero necesitamos una estrategia de conjunto para la región que tome en cuenta la totalidad de elementos que entran en juego, que distinga etapas y regiones fundamentales y la función táctica de las regiones secundarias.

Capítulo 4- Nuestra estrategia y táctica nacionales.....

De las características de nuestro país, de sus condiciones económicas y sociales, de su tradición política hemos extraído algunas características generales que tendrán la lucha armada y la lucha por el poder en la Argentina.

Podemos resumir todas estas características de la revolución en la Argentina, relacionadas con la revolución mundial y continental, del siguiente modo:

1- la revolución argentina es socialista y antiimperialista, es decir, permanente,

2- la revolución argentina es táctica en relación a la estrategia de la revolución continental, pero tiene una estrategia propia, consistente en que la clase obrera y el pueblo deberán librar una guerra prolongada para derrotar a la burguesía y el imperialismo, e instaurar un gobierno revolucionario, obrero y popular,

3- la revolución es obrera y popular por su contenido de clase, por ser el proletariado industrial su vanguardia, y por ser sus aliados la pequeña burguesía urbana en todo el país y el proletariado rural y el campesinado pobre en el norte,

4- dado el carácter de clase y el carácter armado de la revolución, esta requiere ser dirigida por un partido y un ejército revolucionarios,

5- en su primera etapa, la lucha armada será esencialmente guerra civil y se irá transformando paulatinamente en guerra nacional antiimperialista,

6- por varios motivos la Guerra Revolucionaria tendrá carácter prolongado y será estratégicamente defensiva porque la librarán los revolucionarios, la clase obrera y el pueblo, con minoría de fuerzas ante un enemigo común mucho más poderoso que actuará a la ofensiva; aunque todas las operaciones tácticas serán ofensivas y libradas, dentro de lo posible, con mayoría de fuerzas,

7- a medida que se desarrolle, la Guerra Revolucionaria tomará un carácter cada vez más regional y continental, llegando a no respetar fronteras,

8- en esta etapa de la revolución mundial y continental, para el triunfo de la revolución en la Argentina se requerirán un fuerte partido y un ejército revolucionario, la incorporación masiva de la clase obrera y el pueblo a la lucha revolucionaria, la extensión continental de la revolución y una crisis total del imperialismo a escala mundial.

Texto completo del IV Congreso

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V Congreso

29 y 30 de julio de 1970

RESOLUCIÓN DE FUNDACION DEL EJERCITO REVOLUCIONARIO DEL PUEBLO

Considerando:

Que en el proceso de Guerra Revolucionaria iniciado en nuestro país, nuestro Partido ha comenzado a combatir con el objetivo de desorganizar a las Fuerzas Armadas del régimen para hacer posible la insurrección victoriosa del proletariado y el pueblo.

Que las Fuerzas Armadas del régimen sólo pueden ser derrotadas oponiéndoseles (sic) un ejército revolucionario, el que por su naturaleza otorga a la fuerza militar revolucionaria un carácter distinto al del Partido, debiendo reclutar aquella personal tanto dentro como fuera del Partido.

Que la constitución de un ejército revolucionario en las presentes condiciones (debilidad de nuestro Partido, inexistencia de un Estado Obrero fronterizo, carencia de Fuerzas Armadas importantes) será un proceso político, social, técnico y militar prolongado que se desarrollará de "lo pequeño a lo grande".

Que durante toda una larga etapa, nuestra Guerra Revolucionaria adquirirá formas guerrilleras, urbanas y rurales, extendida a distintas ciudades y zonas campesinas, con radios operativos locales, sobre la base de cuya ampliación y extensión política y militar será posible pasar a la guerra de movimientos en el campo y a la constitución de importantes unidades estratégicas en las ciudades.

Que las Fuerzas Armadas revolucionarias tendrán un carácter obrero y popular y serán férreamente dirigidas por el Partido, garantizándose en todo momento el funcionamiento de sus células y la educación política ideológica de sus cuadros.

Que la experiencia vietnamita aconseja el principio de "dirección por el Comité del Partido y responsabilidad por los jefes de unidad, lo que garantiza la aplicación del principio de la dirección colectiva y además, aprovecha la sabiduría de las masas, fortalece más la unidad y la cohesión, coordina los diferentes aspectos del trabajo en el ejército realizando la unidad del pensamiento y la acción" (Giap).

Que el otro principio fundamental de Guerra Revolucionaria a aplicar por nuestra fuerza militar es la ejecución de las operaciones militares con una línea de masas, es decir, orientada hacia la movilización de las masas y su participación directa o indirecta en la guerra.

El V Congreso del PRT resuelve:

1º- Fundar el Ejército Revolucionario del Pueblo y dotarlo de una bandera.

2º- Considerar al Ejército Revolucionario del Pueblo y sus distintos destacamentos armados como los instrumentos militares del Partido para su política en la presente etapa de la lucha de clases y el embrión del futuro Ejército revolucionario obrero y popular.

3º- Construir un Ejército Revolucionario del Pueblo incorporando a él a todos aquellos elementos dispuestos a combatir contra la dictadura militar y el imperialismo (que acepten el programa del Ejército) y utilizando en la estricta selección necesaria criterios de seguridad, decisión, coraje, moral y odio de clase a la dictadura.

4º- El reclutamiento para las unidades del Ejército Revolucionario del Pueblo será controlado por la célula del Partido, los responsables del Partido, los responsables militares y los Comisarios Políticos correspondientes, los que cuidarán no se alteren negativamente la moral, la disciplina y la composición social de las unidades, ni se debilite el papel dirigente del Partido.

5º- En la primera etapa de la Guerra Revolucionaria, el Ejército Revolucionario del Pueblo estará compuesto por las siguientes fuerzas:
a) unidades urbanas constituidas por los comandos armados organizados por el Partido y por los comandos armados extra partidarios que acepten la disciplina del Ejército Revolucionario del Pueblo. En estos últimos casos deberá garantizarse de inmediato la constitución de la célula dirigente partidaria.
b) unidades suburbanas de igual constitución.
c) unidades guerrilleras rurales.

6º- Las células básicas del Partido tendrán como preocupación fundamental en el terreno militar la aplicación de una línea de masas por el Ejército Revolucionario del Pueblo y contribuirán a ella mediante un estrecho contacto con dicha organización, aportando informes y transmitiendo la opinión y estado de ánimo de las masas a fin de lograr su movilización con operaciones de propaganda armada. Realizarán, asimismo, tareas de resistencia e información:
a) de acuerdo a las necesidades y posibilidades de su frente de masas.
b) como auxiliares del Ejército Revolucionario del Pueblo. En este último caso recibirán directivas y orientaciones de los Comités Zonales, Regionales o del Comité Ejecutivo del Partido.

7º- El Comité Central y el Comité Ejecutivo del Partido constituirán la dirección colectiva de la guerra y a éste corresponderá designar al secretario militar nacional, los responsables militares de las distintas unidades, los comisarios políticos respectivos y el comité militar del Partido. En el campo, estos responsables militares integrarán los comités zonales y regionales del Partido. A todos los niveles las células del Partido en el Ejército garantizarán y controlarán la aplicación firme y correcta de las directivas militares impartidas por el Comité Central y el Comité Ejecutivo.

8º- Para los grupos y personas extra partidarios que ingresen al Ejército Revolucionario del Pueblo será condición aceptar la jefatura militar y los comisarios políticos que el Partido designe.

9º- Organismos intermedios.
Forman además parte del Ejército Revolucionario del Pueblo los Comandos Armados del Pueblo: estos organismos son los que el Partido y el Ejército Revolucionario crean de la resistencia activa de las masas. Sus acciones de un nivel mínimo de especialización, van elevándose de lo pequeño a lo grande. Se organizan con un máximo de iniciativa en su funcionamiento y sus objetivos son: en defensa de una lucha concreta de las masas, alentar la lucha de clases y de apoyo táctico y selección de combatientes al Ejército Revolucionario. Su constitución es de suma importancia, pues ello servirá para introducir la lucha armada en el seno de las masas.

Texto completo del V Congreso

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A continuación se reproduce la "Valoración del V Congreso" hecha por Mario Roberto Santucho en junio de 1973; es decir, apenas un mes después de haberse formado el Gobierno constitucional presidido por Héctor Cámpora. Sesenta días después de publicarse este documento de Santucho, el ERP, que había declarado que no atacaría al Gobierno de Cámpora pero sí a las fuerzas armadas y policiales, copó el Comando de Sanidad del Ejército en la ciudad de Buenos Aires dando muerte al teniente coronel Duarte Ardoy.

Es de mencionar que también Montoneros demostró que la Guerra Revolucionaria se hacía tanto contra dictaduras militares como contra gobiernos constitucionales. En conferencia de prensa conjunta celebrada días después del 25 de mayo de 1973, Mario Eduardo Firmenich por Montoneros, y Roberto Quieto por las FAR, comunicaron que "nuestra estrategia sigue siendo la Guerra Integral". Revista Militancia, Nº 1, junio de 1973, p. 10.

Santucho:

"Las resoluciones del V Congreso han tenido una influencia decisiva en la formación de nuestra organización y la seguirán teniendo porque encaran y resuelven los problemas fundamentales, dominantes, de la construcción de la organización revolucionaria propias de la estructura económico-social argentina, a saber:

1) La lucha de clases en el seno del Partido marxista-leninista.

2) El tipo de fuerza militar necesaria para librar la Guerra Popular y Prolongada, urbana y rural, de masas, que desarrolla y desarrollará en Argentina y la imprescindible necesidad de la dirección del Partido marxista-leninista sobre esa fuerza militar.

3) La comprensión y explicitación de que la lucha armada y no armada de las masas, pacífica y violenta, en todas sus variadas y complejas manifestaciones es parte inseparable de la Guerra Popular Revolucionaria; que tiene carácter decisivo la permanente vinculación y convergencia, mutuo apoyo, inter influencia, de la lucha armada y no armada, de las operaciones militares con las manifestaciones, huelgas, ocupaciones de fábricas, ocupaciones villeras de tierras, intervención electoral y otras formas de lucha no armada, violenta y pacífica, de las masas obreras populares.

4) Que esa convergencia, interrelación, ha de lograrse por medio de la hábil intervención dirigente del Partido marxista-leninista y los dos tipos de organizaciones revolucionarias fundamentales por él creadas y dirigidas, el Ejército Revolucionario del Pueblo y el Frente de Liberación Nacional.

El 23 de agosto de 1974 Santucho leyó ante el Comité Central del PRT el documento "Poder burgués y Poder revolucionario", dogmáticamente influenciado por las enseñanzas, e incluso la retórica, del general vietnamita Nguyen Vo Giap. Iniciaba el informe sobre "La construcción del Ejército del Pueblo" con el siguiente párrafo:

"Después de más de tres años de combate urbano, nuestro pueblo (sic) ha iniciado la construcción de unidades guerrilleras -urbanas y rurales- estructuradas en una perspectiva de fuerzas regulares. En un primer periodo debemos organizar Compañías, Batallones y Regimientos, unidades de las que surgirán en el futuro las Brigadas y Divisiones del Ejército Revolucionario del Pueblo regular, que respaldará la victoriosa insurrección general del pueblo argentino".

Documento publicado en "El Combatiente" y reproducido íntegramente en el libro "A vencer o morir" del antiguo militante del PRT-ERP Daniel de Santis. Editorial Eudeba, año 2000. Digitalizado por la web Rebelión.org y por la "universidad" de las Madres de Plaza Mayo-Bonafini.

En fin, la cantidad de documentos que mencionan la Guerra Civil Revolucionaria y/o Guerra Revolucionaria y/o Guerra Popular, es -afortunadamente para los historiadores- apabullante. Pero terminamos aportando una "confirmación" de aquella guerra bastante original, pues pertenece nada menos que al "primer Presidente de la democracia" tras la dictadura militar de "El Proceso", Raúl Alfonsín. Este "compañero de viaje" del ERP, que tuvo una hija encuadrada en esa Organización, fue abogado defensor de "presos políticos", como llamaban a los subversivos homicidas sus abogados. En la Causa 305/1973 (secuestro y y posterior asesinato del Gerente General de FIAT, Oberdan Sallustro) tramitada por la Cámara Federal en lo Penal de la Nación (juez Jaime L. Smart; secretario de instrucción Edgardo Frola), Raúl Alfonsín patrocinó al abogado Felipe Manuel Rodríguez Araya, defensor de una integrante del ERP que finalmente resultó sobreseída. En su defensa, Raúl Alfonsín alegó:

“Los subversivos (aquí juzgados) no son delincuentes sino combatientes; integrantes de un Ejército Revolucionario del Pueblo alzado en armas, en rebelión abierta, en operaciones militares. En síntesis, fue una guerra”.
Reproducido por el Diario La Prensa, 4/9/1985

Para tener una idea de la relación de Alfonsín con el ERP, basta mencionar que otros procesados por el asesinato de Sallustro fueron dos fundadores de este brazo armado del Partido Revolucionario de los Trabajadores: José "Joe" Baxter y Benito Urteaga.

Otros procesados por este caso fueron:

Carlos Tomás Ponce de León
Ángel Augusto Averame
José Luis Da Silva Parreira
Elena María Da Silva de Antelo
Mirta Adriana Mitidiero de Da Silva Parreira
Mirta Alicia Abregó
Liliana OIga Montanaro de Beccari
Rosa Victorina Vallejos de Pérez
Adela Leonarda Jorge
Emma Angelina Elide Debenedetti
Irma Rosa Andreu de Bentancourt
Carlos Durdos
Emma Francischetti de Colautti
Norberto Rey
Elena Codan
Liliana O. Montanaro
Marta Abregú
Silvia Inés Urdampilleta

La terrorista Urdampilleta activó primero en Montoneros (copamiento de la Calera), luego en las FAL y finalmente en el ERP. Tras fugarse del Asilo-cárcel del Buen Pastor de Córdoba en junio de 1971, fue ocultada en la ciudad de Buenos Aires por el poeta y abogado de terroristas Vicente Zito Lema. En 1972 fue capturada por su vinculación con el caso Sallustro y puesta en libertad el 26 de mayo de 1973 por el criminal Decreto Nº 11 de Indulto firmado por el presidente montonero Cámpora y su también ministro montonero de Interior, Righi. Posteriormente, esta veterana terrorista fue capturada por la Policía Federal el 12 de abril de 1975 y ejecutada en fecha desconocida.

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Y dicen que... "no hubo una guerra" (II)
Y dicen que... "no hubo una guerra" (III)

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