lunes, 11 de junio de 2012

General Vilas. La pesadilla del ERP



Jorge Fernández Zicavo

En enero de 1975, ante los escasos resultados conseguidos por las operaciones militares contra la guerrilla del trotskista Ejército Revolucionario del Pueblo en los montes selváticos de Tucumán, el coronel Acdel Edgardo Vilas fue ascendido a general de brigada y nombrado comandante de la V Brigada de Infantería con asiento en dicha provincia.

El objetivo estratégico del ERP, y de la Junta Coordinadora Revolucionaria que integraba junto con el MIR chileno, el ELN boliviano y Tupamaros de Uruguay, consistía en consolidar una "zona liberada" para ser reconocido internacionalmente como una fuerza beligerante en una guerra civil argentina y, a continuación, extenderla a las provincias de Salta y Jujuy limítrofes con Bolivia. Es decir, recorrer el camino inverso al intentado por el Che y sus 16 militares cubanos y 26 comunistas bolivianos en 1967.

El 5 de febrero el gobierno de la Nación presidido por María Estela Martínez de Perón ordenó por Decreto 261/75:

El comando General del Ejército procederá a ejecutar las operaciones militares que sean necesarias a efectos de neutralizar y/o aniquilar el accionar de elementos subversivos que actúan en la provincia de Tucumán.

Dichas operaciones fueron enmarcadas dentro de un nuevo plan estratégico: el Operativo Independencia. Como comandante de la V Brigada, el general Vilas fue nombrado gobernador de Tucumán y jefe del citado operativo, quedando subordinadas a su mando las tropas y medios de la Armada (infantes de marina), de la Fuerza Aérea (cazabombarderos A-4B Skyhawk, bombarderos Canberra y cazas Pucará), de la Gendarmería Nacional, de la Policía Federal y de la Policía de Tucumán que considerara necesario movilizar. Tal acumulación (rotativa) de efectivos, respondía al propósito simbólico de implicar a todas las fuerzas del Estado en los combates contra una agresión a la República Argentina apoyada por la subversión marxista internacional desde París (Cuarta Internacional -trotskista-) y La Habana.

Vilas fue escogido para esa misión por ser uno de los oficiales formados en los cursos impartidos desde 1957 en la Escuela Superior de Guerra de Buenos Aires por oficiales franceses veteranos de las guerras de Indochina y Argelia. Por lo tanto, era un experto en la estrategia de guerra contrarrevolucionaria elaborada por el Ejército francés y divulgada por los libros del coronel de Infantería y jefe de la Agrupación de Comandos Mixtos Aerotransportados, Roger Trinquier, "La guerra moderna" y "Guerra, Subversión, Revolución". La aportación de Trinquier, además de su propia praxis combatiente en las guerras coloniales, fue sistematizar como doctrina sus experiencias y las de los generales de las Fuerzas Especiales Paul Aussaresses, y Jacques-Emile Massu; comandante de la X División de Paracaidistas (Trinquier fue el subcomandante), que llevó el peso de las operaciones contraterroristas en la Batalla de Argel; reconstruidas en un excelente film dirigido por el italiano Gillo Pontecorvo en 1965.

Como jefe del Operativo Independencia, el general Vilas planificó y condujo las operaciones que entre marzo y finales de noviembre de 1975 aniquilaron a la Compañía de Monte "Ramón Rosa Jiménez" del ERP en la selva, y a sus ramificaciones urbanas en San Miguel de Tucumán, capital de la provincia.
La clave del éxito consistió en que, a diferencia de la etapa anterior, y tras un exhaustivo trabajo de Inteligencia sobre la estructura orgánica del ERP, Vilas comprendió que el "verdadero" frente de guerra o teatro de operaciones no era el monte sino la ciudad de San Miguel, por cuanto allí estaban la comandancia política-militar, 200 guerrilleros de reserva para cubrir bajas y relevos mensuales, los depósitos de armas, pertrechos y alimentos; los servicios de sanidad, documentación, transportes, comunicaciones y propaganda.

Este radical cambio de perspectiva desbarató los planes de los estrategas erpianos, porque su objetivo de fijar sobre el terreno selvático a las fuerzas del Estado no sólo no se cumplió, sino que fue su Compañía de Monte (cien combatientes dispersos en diez campamentos), la que quedó rodeada e inmovilizada en una nueva zona de operaciones decidida no por ellos sino por el Ejército Argentino.
Perdida la iniciativa -movilidad constante y ataques sorpresivos, esenciales en la guerra de guerrillas-, y desconcertados ante el hecho de que en una primera fase el Ejército no entrara masivamente en el monte (aunque el 14 de febrero hubo un enfrentamiento en Río Pueblo Viejo), los erpianos pasaron varias semanas dedicados a la vida rutinaria de los campamentos: guardias, lecturas colectivas de textos marxistas, etc. Cuando en mayo intentaron tomar la iniciativa (aniquilar con 117 combatientes el Puesto de Comando Táctico de Famaillá), la columna guerrillera fue interceptada en Manchalá por dos suboficiales y 12 soldados, quienes tras un intenso combate -con una buena posición: dentro de la escuela del pueblo- y la aproximación de refuerzos, les obligaron a huir por los cañaverales mientras arrojaban sus armas, municiones y petrechos.

Finalmente, en septiembre el Comité Ejecutivo del PRT-ERP celebró en la selva un Plenario presidido por el comandante Mario Roberto Santucho en el que se reconoció el fracaso y se decidió el abandono gradual de los campamentos. Sin embargo, la posterior muerte en combate de los "capitanes" Oscar Asdrubal Santucho y Jorge Carlos Molina, y del "teniente" Manuel Negrin en octubre, más la captura del campamento central, obligaron a que la retirada fuera total e inmediata.
Desde entonces, y hasta la primera quincena de diciembre, las fuerzas del Estado se ocuparon fundamentalmente de rastrillar la capital para destruir la infraestructura del ERP y capturar a los últimos terroristas en sus madrigueras.

El 15 de diciembre de aquel año 1975 que presenció el mayor desarrollo del ERP y a la vez su aniquilación, el general Vilas fue nombrado sub-comandante del V Cuerpo de Ejército con sede en Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, siendo relevado como jefe del Operativo Independencia, como comandante de la V Brigada y como gobernador, por el general Antonio Bussi, quien en dos meses acabó con los combatientes residuales del ERP que habían desobedecido la orden de repliegue. Las bajas mortales producidas en la provincia de Tucumán durante el segundo semestre de 1974 y todo 1975, fueron de 45 militares (16 en un accidente aéreo) y aproximadamente 300 terroristas.


Generales Vilas (izquierda) y Bussi. Ambos le enseñaron a los civiles disfrazados de "comandantes", que la guerra es cosa de profesionales

En Bahía Blanca, uno de los principales bastiones universitarios de Montoneros, esta organización criminal también sería arrasada por la estrategia contraterrorista francesa (urbana) adoptada por el Ejército Argentino en detrimento de la norteamericana (contrainsurgencia selvática) impartida en la Escuela de las Américas -aunque ambas coincidieran en lo fundamental-: aislamiento social de los subversivos para que no pudieran "moverse como el pez en el agua" (Mao Tse-Tung); identificación, localización, captura, interrogatorio y ejecución sumaria.

Durante la campaña de Tucumán, el general Vilas fue escribiendo un Diario de Campaña de gran interés histórico. Hasta la fecha el Diario no ha sido publicado y nadie sabe quién lo tiene, o si ha sido destruido. Sin embargo, el sitio de Internet Nunca Más.org reprodujo varios de sus capítulos.

Con la perspectiva del tiempo, hoy resulta evidente que la adopción por el Ejército Argentino de la termidoriana "doctrina francesa" fue técnicamente acertada, y que el camino hacia la derrota definitiva de la subversión marxista quedó abierto por el general Vilas y los oficiales de su Estado Mayor. La aplastante victoria sobre el ERP en Tucumán y en Buenos Aires (Monte Chingolo), ambas en diciembre de 1975, resultó ser decisiva para la guerra contrarrevolucionaria porque supuso aniquilar la mitad del potencial de todas las organizaciones insurgentes, de tal manera que a partir de entonces las operaciones de las fuerzas conjuntas del Estado pudieron centrarse exclusivamente en el Ejército Montonero y en otras bandas terroristas de menor importancia.

Causando una última derrota a aquellas izquierdas alzadas en armas contra el Estado y la población civil anticomunista, el general Vilas, que según algunos testimonios desquiciaba a Santucho, falleció en la Ciudad de Buenos Aires el 23 de julio de 2010 sin que el régimen de los ex montoneros Kirchner hubiera podido vengarse condenándolo a prisión perpetua mediante esa farsa jurídica que llaman "terrorismo de Estado" y "delitos de lesa humanidad".
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Declaraciones de apoyo al Operativo Independencia



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